ESCORPIO, EL ESCORPIÓN
Alice Bailey . Astrologia Esoterica

Consideraremos ahora un signo de
primordial importancia para la vida del hombre en evolución. Algunos signos
están estrechamente relacionados -por el flujo y reflujo de energías- a ciertas
constelaciones mayores, las cuales se encuentran, en algunos casos,
peculiarmente conectadas con los signos del zodíaco. Cuatro signos zodiacales
se relacionan misteriosamente con lo que podríamos denominar “la expresión de
la personalidad” (si puedo emplear este término inadecuado, a falta de otro
mejor) del Logos solar mismo, o el Cuaternario Divino, la cuádruple
manifestación de la Deidad.
Estos cuatro signos son
Aries-Leo-Escorpio--Acuario, e implican la expresión de la energía de un signo
cardinal y tres signos que forman parte de la Cruz Fija de los cielos.
Podríamos expresar esta verdad de otra manera: Dios, el Padre, la Voluntad de
manifestarse, inicia el proceso creador desarrollado por la actividad de Dios,
el Hijo, el Cristo cósmico, crucificado en la Cruz Fija de los cielos. La actividad
de Dios, el Espíritu Santo, implícita en la Cruz Mutable, está estrechamente
vinculada al sistema solar anterior; la energía de ese aspecto divino se ocupa
totalmente de manipular las fuerzas heredadas de ese sistema, innatas en la
naturaleza de la sustancia misma; este aspecto divino es, para la total
manifestación divina general, lo que la naturaleza inferior (vida de la forma o
personalidad, en los tres mundos de la evolución humana) es para el alma, en lo
que concierne al ser humano individual. Respecto a estas tres Personas de la
Trinidad divina podemos decir que:
1. Aries es el punto focal para
la expresión del primer aspecto de la divinidad, el aspecto voluntad.
2. Leo es el punto focal para la
expresión del segundo aspecto, el de Amor-Sabiduría o conciencia,
principalmente en lo que concierne a la humanidad.
3. Virgo es el punto focal para
la expresión del tercer aspecto, el de inteligencia activa. Este signo
simboliza la función más elevada de la materia.
Los cuatro signos, Aries-Leo-Escorpio-Acuario,
están relacionados a las siguientes estrellas, que no están incluidas en los
doce signos del zodíaco, pues constituyen otro campo de relaciones:
1. Aries con una de las dos
estrellas que se encuentran en la constelación de la Osa Mayor, denominadas los
dos Punteros.
2. Leo con Polaris, la Estrella
Polar, que se encuentra en la Osa Menor.
3. Escorpio con Sirio, la
estrella del Perro.
4. Acuario con Alcyone, una de
las siete Pléyades.
Muy poco puedo decirles referente a
las energías que fluyen hacia los cuatro signos zodiacales desde esos distantes
aunque poderosos puntos de energía saliente, que forman parte de la expresión
de la vida de una Identidad inconmensurablemente superior y más evolucionada
que nuestro Logos solar. Algunas indicaciones podrán, sin embargo, serles
útiles a los astrólogos verdaderamente esotéricos que estudien estas páginas,
particularmente en lo que se refiere a Escorpio que, en esta particular etapa
de la evolución humana, rige el Sendero del Discipulado. También observarán
aquí que Leo, Escorpio y Acuario, forman un peculiar triángulo de fuerza; pero
de esto me ocuparé más adelante en el capítulo tercero, titulado “La Ciencia de
los Triángulos”.
Aries, como es de esperar, está
estrechamente vinculado a la Osa Mayor, pero especialmente a una de las
estrellas llamadas los Punteros, que señalan la Estrella Polar, que actualmente
es la principal “estrella. de orientación”. Orientación, voluntad, propósito y
plan, están conectados con el Logos solar y con sus empresas evolutivas,
vinculadas a las innumerables vidas, manifestadas en el vehículo de expresión
denominado sistema solar. Todas responden a las influencias de primer rayo, que
es para cualquier intención y propósito la energía de la personificada voluntad
divina, descrita esotéricamente como “el inevitable propósito dirigido”. En
nuestro sistema solar, Vulcano y Plutón son expresiones o custodios, de esta
energía de primer rayo y, como ya he dicho, son planetas esotéricos. El primer
indicio de la verdadera voluntad espiritual sólo comienza a manifestarse en el
Sendero del Discipulado -de allí el tardío descubrimiento de estos dos planetas
(tardío en lo que respecta al tiempo y desde el ángulo del conocimiento humano),
pues únicamente en este período de la raza Aria la humanidad comienza, en gran
medida, a manifestar (y nada mas que a manifestar) una reacción o respuesta a
la voluntad espiritual de la deidad, que llega a nuestro planeta y a nosotros
vía Aries, Vulcano y Plutón. Por lo tanto, tenemos la siguiente línea directa
de la energía de la voluntad:
1. El Puntero más alejado de la
Estrella Polar está en la constelación de la Osa Mayor. Esotéricamente
hablando, es un' gran depósito o punto focal de energía divina que lleva a cabo
el propósito de Dios. El Puntero más cercano a la Estrella Polar expresa ea
aspecto inferior de la voluntad, la cual -refiriéndose a la humanidad- llamamos
voluntad propia.
2. Aries, donde aparece la
voluntad de crear o de manifestarse, y se inicia el gran experimento divino.
3. Vulcano y Plutón, relacionados
a los dos Punteros, sólo ahora están empezando, en forma clara y definida, a
afectar la respuesta humana. Hasta la fecha su efecto ha sido de naturaleza
planetaria, y no ha tenido ningún efecto en el cuarto ni en el segundo reino de
la naturaleza.
4. Shamballa, custodio del plan
para nuestro planeta.
Leo es el signo donde la conciencia
de la individualidad es desarrollada, utilizada y finalmente consagrada al
propósito divino. Está relacionado a Polaris, la Estrella Polar (que se
encuentra en la Osa Menor), y también es peculiarmente susceptible a la
influencia del Puntero que se halla en la Osa Mayor y el más cercano a la
Estrella Polar. Esotéricamente hablando, la Estrella Polar es considerada la
“'estrella de la reorientación”, por la cual se desarrolla el arte de “volver a
encarar y recobrar lo que se ha perdido”. Esto, oportunamente, llevará al
hombre a su fuente de origen. Por lo tanto, se podría inferir correctamente que
este Puntero y la energía que emana de él, gula a la humanidad en el sendero
involutivo e influye constantemente al hombre que se halla todavía en la Cruz
Mutable. Entonces, la energía del Puntero que está más alejado de la Estrella
Polar comienza a hacer sentir su presencia, y el discípulo en el sendero
registra una sensación de correcta orientación o guía que (si se la sigue)
acerca al hombre a la Jerarquía. Aquí podemos ver la necesidad divina de lograr
el alineamiento, representado en el simbolismo del cielo, y cuando ha sido
alcanzado, se produce una afluencia directa de energía divina, y el hombre se
vincula en forma nueva y creadora con las fuentes de abastecimiento divino. Los
astrólogos harían bien (en conexión con los horóscopos de los discípulos y
particularmente de los iniciados) tener en cuenta los dos Punteros y la
Estrella Polar. Ambos están misteriosamente conectados con los tres aspectos
del hombre encarnado -espíritu, alma y cuerpo. No se me permite impartir más
que esto, sin embargo puedo hacerles algunas sugerencias. Estas tres estrellas
personifican los tres aspectos de la voluntad divina. Son los tres a8pectos de
la total expresión de la divinidad en manifestación, y subyacen en la Ciencia
de los Triángulos. Esto lo elaboraré más adelante.
Aparece también otro triángulo de
energía, Aries, Leo y Polaris, que están doblemente vinculados por medio de los
Punteros.
Escorpio está bajo la influencia o
la energía que afluye de Sirio. Es la gran estrella de la iniciación, porque
nuestra Jerarquía (expresión del segundo aspecto de la divinidad) está bajo la
supervisión o control espiritual magnético de la Jerarquía de Sirio. Éstas son
las principales influencias controladoras mediante las cuales el Cristo cósmico
actúa sobre el principio crístico en el sistema solar, en el planeta, en el
hombre y en las formas inferiores de expresión de la vida. Esotéricamente se la
denomina la “brillante estrella de la sensibilidad”. Tenemos, por lo tanto:
Polaris -la Estrella de Dirección-
rigiendo a Shamballa.
Más adelante, otra Estrella Polar
sustituirá a Polaris debido a la interacción de fuerzas y al cambio y
movimiento generales en el universo. El nombre y la cualidad de esta estrella
únicamente será revelado en la iniciación:
Sirio-la Estrella de la Sensibilidad-rigiendo
a la Jerarquía.
Alcyone-la Estrella del
individuo-rigiendo a la humanidad.
Por lo que antecede, podrán ver
cómo se va desarrollando gradualmente el Plan que ha sido trazado para este
Tratado. Fue necesario que les indicara la naturaleza y el propósito de los
tres centros divinos -Shamballa, Jerarquía y Humanidad- antes de que pudiera
presentarles en forma clara esta parte de la enseñanza, o indicarles la
naturaleza de las energías que afluyen a nuestro sistema planetario desde distantes
constelaciones y signos zodiacales.
Escorpio es la gran constelación
cuya influencia determina el punto de cambio en la vida de la humanidad y en la
del ser humano individual. Por primera vez en la historia del género humano y
de los discípulos, la energía de Sirio, afluyendo a los siete grupos que forman
nuestra Jerarquía planetaria, evoca respuesta. Les recordaré un hecho básico en
el proceso evolutivo que, con el tiempo, la astrología comprobará
científicamente más allá de toda controversia. Este hecho radica en que las
energías y fuerzas afluyen incesante, potente y cíclicamente sobre nuestro
sistema y vidas planetarias. No obstante, sólo se consideran hoy como
existentes cuando se evoca una respuesta definida. Provienen de innumerables
fuentes extrañas a nuestro sistema y esquemas planetarios; pero hasta que el
hombre no responda a ellas y las registre, los científicos ni los astrólogos
las reconocerán, y por ahora es como si no existieran. Esto deben tenerlo en
cuenta a medida que les imparto la enseñanza, porque puedo indicarles ciertas
fuentes de energía viva, todavía desconocidas para ustedes, que actúan sobre
nuestro sistema y su contenido. La dificultad no se deberá a una inexactitud
mía, sino a la falta de sensibilidad del mecanismo de respuesta que actualmente
utiliza el género humano y los discípulos.
En consecuencia tienen, en conexión
con el Sendero del Discipulado, las siguientes líneas de “energía influyente”:
1. Sirio-actuando en forma
séptuple a través de los siete rayos y sus siete grupos, pues constituyen la
Jerarquía activa.
2. La Cruz Fija-la fusión de las
cuatro energías principales que afluyen a nuestro sistema solar, a nuestro
planeta y a través de la humanidad.
3. Escorpio-un aspecto de la Cruz
Fija, ejerce un poder peculiar y especializado sobre el Sendero del Discipulado
y prepara, mediante pruebas y experiencias,
a. el proceso de reorientación,
por el cual el hombre asciende a la Cruz Fija y abandona la Cruz Mutable;
b. al discípulo para la primera,
segunda y tercera iniciaciones. Después de la tercera iniciación ya no se
siente el poder de su peculiar prueba.
4. La Jerarquía-Agente de
distribución para los diversos reinos de la naturaleza.
5. Marte y Saturno-Estos dos
planetas son extraordinariamente potentes en lo que respecta a la iniciación en
la vida de la Jerarquía; Marte es potente en lo que respecta a Escorpio, y
Saturno a Capricornio. Esto involucra intensificada actividad de los rayos
sexto y tercero y sus energías que, cuando son correctamente empleadas, traen
la liberación del control de la forma y la independización del individuo
consciente.
Repito, los astrólogos harían bien
en trabajar con esta línea de fuerzas fusionadas, estudiando sus implicaciones
y efectos en la vida del discípulo.
Acuario, relaciona a la humanidad
con las Pléyades y, en consecuencia, con Tauro, en forma poco común. La clave
para esta relación se encuentra en la palabra deseo, llevando, por medio de
procesos transmutadores, la experiencia de la vida a la aspiración, abandonando
finalmente el deseo en Escorpio. Acuario, Alcyone y la Humanidad, constituyen
un triángulo de fuerza muy interesante. Alcyone es una de las siete Pléyades, y
se la denomina “la estrella del individuo” y a veces “la estrella de la
inteligencia”. Estuvo potentemente activa durante los sistemas solares
anteriores, donde la tercera persona de la Trinidad fue singularmente
omnipotente y muy activa, así como en la actualidad el Cristo cósmico, la
segunda persona de la Trinidad, está peculiarmente activa en este sistema
solar. Las energías provenientes de Alcyone impregnaron la sustancia del
universo con las cualidades de la mente. Como consecuencia de esta antigua
actividad, la misma fuerza. estuvo presente cuando se produjo la individualización
en nuestro sistema solar, porque en él y principalmente en nuestro planeta
Tierra, es donde se han hecho sentir los resultados de la primera actividad.
Dos de nuestros planetas, la Tierra (no sagrado) y Urano (sagrado), son
directamente el producto de esta actividad de tercer rayo. Es muy importante
recordarlo. También les pediré que vinculen esta idea con la enseñanza de que,
a través del centro divino de actividad inteligente llamado humanidad, el
cuarto reino de la naturaleza actuará, oportunamente, como principio mediador
para los tres reinos inferiores. La humanidad es el Mensajero divino para el
mundo de la forma; Mercurio, esencialmente, lleva luz y vida a otras
manifestaciones divinas; los divinos Salvadores del mundo son los símbolos eternos.
Este venidero proceso de servicio
planetario, a través del tercer centro divino, sólo es verdaderamente eficaz
cuando rige Acuario y cuando nuestro Sol está pasando a través de ese signo del
zodíaco. De allí la gran importancia que tienen los próximos 2.000 años. Por lo
tanto, únicamente cuando un hombre es un servidor mundial y está llegando a
tener conciencia del grupo, puede empezar a tener lugar este deseado objetivo
de manifestarse. Hoy comienza a suceder por primera vez en la historia planetaria.
Es uno de los primeros frutos de la iniciación, y sólo. en la próxima raza raíz
después de nuestra actual raza Aria, comenzaremos realmente a comprender el
significado de los procesos y la verdadera naturaleza de las energías que se
liberarán en el planeta por intermedio de la humanidad. Por esta razón Júpiter
y Urano (expresiones del segundo y séptimo rayos) son los regentes exotérico y
esotérico de Acuario.
Por lo tanto, tenemos que estudiar
las siguientes líneas de fuerza:
1. Alcyone-en las Pléyades, las
madres de los siete aspectos de la vida de la forma y las “esposas de los siete
Rishis de la Osa Mayor”. Ellas están conectadas con el aspecto Madre que nutre
al Cristo Niño.
2. Acuario-el Servidor del mundo,
el transmisor de energía que evoca respuesta magnética.
3. Júpiter y Urano-planetas de
benéfica culminación. El segundo rayo de amor y el séptimo, que fusiona
espíritu y materia para “la gloria final” del Logos solar, se hallan en plena
colaboración.
4. La Humanidad-punto focal de
todas estas energías y la divina distribuidora para el hombre individual y, más
adelante, para los tres reinos inferiores de la naturaleza.
Como verán, de una amplia
generalización sobre las constelaciones externas (externas respecto al zodiaco
y al sistema solar), voy siendo más específico, demostrando cómo ciertas
estrellas en estas constelaciones están relacionadas definidamente a nuestro
planeta por líneas directas de energía. Comúnmente estas líneas de fuerza nos
llegan a través de uno de los signos zodiacales y -en raros casos- van
directamente a un planeta, siendo este último caso extremadamente raro. También
he relacionado a nuestro sistema solar, otra constelación denominada Osa Menor,
reflejo o corolario de las energías principales de su gran Prototipo, Ursa
Maior, la Osa Mayor. Estos datos contienen un gran misterio vinculado a la
interrelación de la Ursa Maior, la Ursa Minor y las Pléyades, las cuales
constituyen una de las más grandes e importantes triplicidades que existen en
los cielos, hasta donde hemos podido, astronómicamente, comprobar la naturaleza
de nuestro universo inmediato. Esta información carece de importancia para
ustedes y únicamente tiene significación para los iniciados de cuarto grado. No
obstante, sirve para evidenciar más la integridad esencial y la dependencia
entrelazada del Universo.
A fin de comprender mejor la
naturaleza del discipulado y los procesos de estabilización y correcta
dirección, debe preceder a la experiencia de la iniciación en Capricornio un
cuidadoso estudio de las implicaciones espirituales del signo de Escorpio y de
su función como proveedor de “puntos de crisis” y “momentos de reorientación”,
que será de gran valor para el estudiante dedicado. Aunque trato de sentar las
bases para una nueva astrología y proporcionar cierta medida de información
técnica desde el punto de vista de la Jerarquía, mi motivo fundamental es
siempre el mismo: indicar el camino del proceso viviente y estimular esa
curiosidad divina, ese sentido de exteriorizada aventura espiritual y la vehemente
aspiración, latente en todos los discípulos, de progresar que, cuando sea
debidamente estimulada, les permitirá continuar en forma más severa y sensata
en el Sendero de Retorno. De otra manera no tendría valor práctico ni sería de
importancia lo que trato de impartirles. Sé que seré comprendido, y que la
nueva astrología vendrá a la existencia de acuerdo a la capacidad esotérica de
quienes lean y reflexionen sobre mis palabras. Intensamente ansío que en estos
días en que la influencia de Escorpio y del planeta Marte se siente tan
fuertemente en los asuntos del mundo, pueda cultivarse la verdadera percepción
interna, desarrollarse el optimismo y la comprensión, y la. naturaleza de las
pruebas a que está sometido el discípulo mundial, la humanidad, sean estimadas
en su verdadero valor para que la luz afluya en el camino del hombre.
Únicamente por medio de la comprensión llegará la solución y se rectificarán
los errores.
Las pruebas de Escorpio son tres y
conciernen íntimamente a la preparación de la triple personalidad para:
1. reorientarse hacia la vida del
alma y, posteriormente,
2. evidenciar su preparación para
la iniciación, y
3. demostrar sensibilidad al
Plan, convirtiéndose en un discípulo centralizado en Sagitario.
Las tres principales pruebas se
dividen también en tres etapas, y en el Sendero del Discipulado el hombre puede
pasar nueve veces en ese signo de prueba y experiencia. El hecho de que estas
tres pruebas existan en tres etapas puede sugerir algo a los astrólogos esotéricos,
sobre el propósito de los tres decanatos en que está dividido cada signo -punto
que tengo la esperanza de dilucidar cuando estudiemos la Ciencia de los
Triángulos. Cada prueba (y por lo tanto cada decanato) concierne a los tres
aspectos de lo que en este Tratado sobre los Siete Rayos hemos llamado vida,
cualidad y apariencia. Así, las tres grandes pruebas en Escorpio son en
realidad nueve, de allí las nueve cabezas de la Hidra o Serpiente, vinculadas
siempre a Escorpio y también a la naturaleza de la estupenda victoria lograda
en este signo por Hércules, el Dios-Sol.
Es interesante observar que cada
uno de los grandes Hijos de Dios, cuyos nombres están preeminentemente en el
pensamiento de los hombres -Hércules, el Buddha y el Cristo- están asociados en
los archivos de la Gran Logia Blanca con tres signos especiales del zodíaco
(que constituyen en forma peculiar el “decanato zodiacal”), en cada uno de los
cuales pasaron de la prueba a la victoria:
1. En Escorpio-Hércules se
convirtió en el discípulo triunfante.
2. En Tauro-el Buddha logró la
victoria sobre el deseo y llega a la iluminación.
3. En Piscis-el Cristo venció a
la muerte y se convirtió en el Salvador del mundo.
Estas tres constelaciones forman un
triángulo de iniciación de profunda importancia, porque proporciona las
condiciones y energías que pondrán a prueba y perfeccionarán los tres aspectos
de la personalidad, a fin de que se conviertan en verdaderos reflejos de los
tres aspectos divinos; conciernen principalmente al alma y al cuerpo y se
expresan, por lo tanto, a través de la Cruz Mutable y la Cruz Fija, pero no de
la Cruz Cardinal. A lo antedicho podríamos agregar lo siguiente:
1. Escorpio lleva la prueba
directamente a la vida del plano físico, y cuando se la enfrenta y maneja allí,
la vida del hombre es ascendida a los cielos, y el problema implicado en la
prueba se resuelve por el empleo de la mente razonadora.
2. Tauro rige el deseo y lleva la
prueba al plano emocional o astral, y hace ascender la sensibilidad-deseo del
aspecto forma de la vida al mundo de la percepción sensoria, denominada plano
intuicional.
3. Piscis lleva la prueba a la
región de los procesos mentales, el reflejo del aspecto voluntad de la
divinidad; el problema del iniciado en este signo está expresado por el Cristo,
en la frase: “Padre, hágase tu voluntad y no la mía”. Las pruebas hacen
ascender la voluntad propia de la personalidad a la región de la voluntad
divina, trayendo como resultado la inspiración y el surgimiento de un Salvador
del Mundo.
Mediten sobre esto y aprendan las
lecciones de los apetitos, del deseo y de la propia voluntad, porque son
numerosas y útiles.
Las tres pruebas de Escorpio
también conciernen a los tres aspectos del ser humano, cuando se fusionan y
mezclan en el plano físico. Primero, la prueba de la apetencia que constituye
las predilecciones y tendencias naturales inherentes a la naturaleza animal,
las cuales son principalmente tres: el sexo, la comodidad física y el dinero,
como energía concretizada. Segundo, las pruebas conectadas con el deseo y el
plano astral. Son de naturaleza más sutil, produciendo efectos automáticos en
el plano físico; no son inherentes a la naturaleza animal sino impuestas por la
naturaleza de deseos, que también son tres: temor, odio y ambición, o deseo de
poder. Tercero, las pruebas de la censuradora mente inferior, que son: orgullo,
separatividad y crueldad. Recuerden que el peor tipo de crueldad no es de
naturaleza física, sino más bien de carácter mental. Por lo tanto, dentro de
las categorías de lo que debe ser probado y comprobado que no existe, tenemos
las siguientes categorías, que volveré a enumerar debido a su importancia
fundamental:
1. Sexo-la relación entre los
pares de opuestos. Éstos pueden ser utilizados en forma egoísta o fusionados
divinamente.
2. Bienestar físico-condiciones
de vida que han sido apropiadas egoístamente.
3. Dinero-egoístamente acaparado
(si puedo utilizar esta frase).
1. Temor-que condiciona hoy la
actividad.
2. Odio-factor que condiciona las
relaciones.
3. Ambición-que condiciona los
objetivos.
1. Orgullo-satisfacción
intelectual, convirtiendo a la mente en una barrera que impide que el alma
controle.
2. Separatividad-actitud aislada,
convirtiendo a la mente en una barrera que impide las correctas relaciones
grupales.
3. Crueldad-sentirse satisfecho
con los métodos de la personalidad, convirtiendo a la mente en un instrumento
del sentido de poder.
Cuando estos defectos son
reconocidos y superados, el resultado es doble: el establecimiento de las
correctas relaciones con el alma y con el medio ambiente. Ambos resultados son
el objetivo de todas las pruebas en Escorpio.
Las notas clave de este signo son:
prueba, experiencia y triunfo. También pueden ser denominadas lucha, fortaleza
y actitudes sagitarianas. Otro ángulo de la experiencia en Escorpio puede ser
descrito con dos palabras: recapitulación y reorientación. Dos factores muy
ocultistas surgen del pasado en Escorpio y empiezan a embargar la atención del
discípulo. Uno es la memoria y el otro -como consecuencia de la memoria- el
Morador en el Umbral. Memoria, en el sentido dado aquí no es simplemente una
facultad de la mente, como se supone con frecuencia, sino que es esencialmente
una fuerza creadora. Básicamente es un aspecto del pensamiento y -conjuntamente
con la imaginación- un agente creador, porque, como bien saben, los
pensamientos son cosas. Desde lo más recóndito de la memoria de un pasado
profundamente arraigado, que se recuerda definidamente, y desde la
subconsciencia racial e individual (fundada en reservas de pensamientos y
deseos establecidos, heredados e inherentes) surge, de las vidas y experiencias
individuales pasadas, la suma total de todas las tendencias instintivas, de
todos los espejismos heredados y de todas las fases de las erróneas actitudes
mentales; a éstos (que constituyen un todo fusionado) denominamos el Morador en
el Umbral, que es la suma total de las características de la personalidad, que
no fueron superadas ni sojuzgadas y finalmente deben ser vencidas antes de
poder recibir la iniciación. En cada vida se realiza algún progreso, se
perfeccionan algunos defectos de la personalidad y se logra algún progreso
real. Lo que queda por conquistar y las antiguas deudas por saldar, son
numerosas y excesivamente potentes y -cuando se ha establecido adecuadamente el
contacto con el alma- llega una vida en que la personalidad altamente
desarrollada y poderosa, llega a ser en sí misma el Morador en el Umbral. El
Ángel de la Presencia y el Morador se enfrentan, entonces algo debe hacerse.
Eventualmente la luz del yo personal disminuye y decae ante la llamarada de
gloria que emana del Ángel, y la gloria mayor oscurece a la menor. Sin embargo,
esto sólo es posible cuando la personalidad entra ansiosamente en relación con
el Ángel, se reconoce como el Morador y, como discípulo, empieza la batalla
entre los pares de opuestos, iniciándose las pruebas en Escorpio. Estas pruebas
y experiencias son siempre autoiniciadas; el discípulo se coloca en un medio
ambiente positivo o condicionante, donde las pruebas y la disciplina son
ineludibles e inevitables. Cuando la mente ha alcanzado un nivel de desarrollo
relativamente elevado, se evoca el aspecto memoria en forma nueva y consciente,
entonces toda predisposición latente, instinto racial y emocional, situación no
superada, y todo defecto controlador, surgen a la superficie de la conciencia,
entablándose en consecuencia la lucha. Sin embargo, la nota clave de Escorpio
es Triunfo. Ésta es su mayor expresión en el plano físico. Como resultado de la
lucha y la victoria, el hombre divino -que no se expresa aún perfectamente, si
puedo explicar así la situación- se arraiga en el plano físico con tal
precisión y claridad, que es imposible eludir y evadir las conclusiones a que
llegan su familia, sus amigos y el grupo, de que él es un discípulo; desde ese
ángulo se lo vigila meticulosamente; aprende el significado de la palabra
ejemplo; debe enfrentar el antagonismo de quienes lo observan, iniciando así
las primeras etapas conscientes que lo llevarán hacia la percepción y la
respuesta grupales, además del servicio grupal. Tal es el resultado y la
recompensa de la experiencia en Escorpio.
En este signo el hijo pródigo
vuelve en sí y habiéndose alimentado de las migajas de la vida y agotado los
recursos del deseo y la ambición mundanas, dice: “Me levantaré e iré a mi
Padre”. El aspirante pasa en la vida dos crisis principales como éstas:
1. Cuando el hombre mundano
inteligente vuelve en sí y se reorienta hacia el alma y sus requisitos. Esto
conduce a las pruebas en Escorpio.
2. Cuando el iniciado de tercer
grado -en una vuelta más alta de la espiral- se reorienta hacia la Mónada y
pasa por las pruebas más sutiles, hasta lograr ciertos reconocimientos
indescriptibles y espirituales. Sobre esto no me extenderé.
Poco puedo agregar sobre el hecho
de que Escorpio se halla en uno de los cuatro brazos de la Cruz Fija. En el
estudio de los signos anteriores, mucho se ha tratado sobre la Cruz, y no es
necesario repetirlo. El deseo en Tauro se convierte en aspiración espiritual en
Escorpio. La oscuridad de la experiencia en Escorpio se convierte en
iluminación en Tauro, pues debe recordarse que donde están implicados los pares
de opuestos siempre se benefician mutuamente, porque existe una línea directa
de fuerza y de contacto entre ambos, que rara vez es reconocida.
Ahora consideraremos los Regentes
que rigen el signo de Escorpio. Su influencia es potente en las vidas del
hombre común y no desarrollado, que responde más fácilmente a las influencias
planetarias de las doce casas del horóscopo de la personalidad, que en el
hombre más avanzado que va siendo directamente influido por los signos
zodiacales. Por medio de estos Regentes, dos Rayos son puestos en una poderosa
posición controlante en Escorpio, el sexto Rayo de Devoción y el cuarto Rayo de
Armonía a través del Conflicto, estando este último peculiarmente relacionado
con la modalidad del desarrollo humano, y el primero con los métodos de la
época pisciana, que está justamente pasando. Marte y Mercurio controlan, y el
primero está particularmente activo, porque es el planeta ortodoxo que controla
a la personalidad en Escorpio y también el planeta esotérico que condiciona el
desenvolvimiento del discípulo. Marte es el factor dominante en las
experiencias y pruebas del discípulo, previas a la experiencia en Sagitario y a
la iniciación en Capricornio, por las siguientes razones:
Primero, Marte es definidamente el
planeta que rige y controla el vehículo físico. Aparece, ante todo, como
regente ortodoxo en Aries, signo en que se efectúa el primer desenvolvimiento
hacia la manifestación objetiva o encarnación física. En Escorpio, el resultado
de todas las luchas pasadas, durante el aparentemente interminable peregrinaje
alrededor del zodíaco o rueda de la vida, ese vehículo es también llevado a un
punto culminante por medio de las actividades de Marte, que no ha estado activo
en los signos intermedios entre Aries y Escorpio en lo que concierne a la rueda
revertida. El discípulo debe demostrar ahora la fuerza, el carácter y la
cualidad que ha desarrollado y desplegado en sí mismo durante su larga
peregrinación. Comenzó en Aries teniendo como regente a Marte, iniciándose la
gran guerra entre las dualidades que constituyen el hombre. Así fueron puestos
en relación los pares de opuestos. En Escorpio, con el mismo planeta rigiendo
su vida interna, prosigue la guerra, y en este caso Marte rige no sólo el
cuerpo físico sino todo el vehículo de la forma, denominada la personalidad en
los tres mundos. Todos los aspectos de la naturaleza inferior están
involucrados en esta crisis, porque Marte es el regente esotérico en Escorpio,
y las pruebas aplicadas implican la naturaleza de la forma -grosera y sutil,
integrada y potente. Por lo tanto, desde el ángulo ortodoxo, Marte rige a Aries
y esotéricamente a Escorpio, y no aparece nuevamente en la vida del individuo,
excepto en la medida que éste responde a la vibración masiva en Sagitario,
donde Marte aparece rigiendo la sexta Jerarquía Creadora, los señores lunares
de la naturaleza forma, que oportunamente deben ser sacrificados en el aspecto
espiritual superior y controlados por el Ángel solar. En consecuencia, el
efecto de Marte es en su mayor parte masivo y de resultados grupales,
produciendo grandes luchas, llevando finalmente a la gran revelación. En Aries,
constituye la revelación final de la naturaleza del conocimiento y del
propósito de la encarnación; en Escorpio, revela la visión de la liberación y
del servicio a prestar; en Sagitario revela también el propósito del control que
ejerce el alma sobre los reinos inferiores de la naturaleza, por intermedio del
centro humano de energía. En consecuencia, nunca debe ser olvidado que Marte
establece relaciones entre los opuestos, y es un factor benéfico y no maléfico
como a veces se lo supone. Cuando lleguemos al estudio de las Jerarquías y sus
relaciones con los signos, serán aclarados ciertos puntos aún oscuros y lo
haremos al final de esta parte que trata sobre la astrología y los rayos.
Entonces hallaremos que Escorpio rige y gobierna la cuarta Jerarquía Creadora,
la humana, desde el ángulo del alma y no desde el ángulo de la naturaleza
inferior. Esta lucha final en Escorpio, sólo tiene lugar cuando se ha alcanzado
el punto de equilibrio entre el alma y el cuerpo, en Libra, y en Escorpio la
preponderancia de la energía espiritual se impone sobre las fuerzas inferiores
personales. Escorpio gobierna al iniciado, verdadero nombre esotérico del
hombre, y mediante su regente planetario jerárquico son revelados los Hijos de
la Mente, los Mensajeros de la Deidad; pero la revelación se produce a través
de Marte y la actividad marciana.
Segundo, Marte está estrechamente
relacionado con el sexo, un aspecto de los pares de opuestos, cuyo efecto
consiste en vitalizar definidamente la corriente sanguínea; vitaliza, purifica
y estimula todos los aspectos y organismos del cuerpo mediante la corriente
sanguínea. Será evidente que las pruebas en Escorpio y la actividad de Marte
son potentes para despertar la naturaleza inferior y traer su rebelión final y
establecer la última oposición, por así decirlo, de la personalidad contra el
alma. Marte lleva al Arjuna mundial a la lucha activa. La totalidad del hombre
emprende entonces la “lucha de los sexos”, que se resuelve en su aspecto más
elevado por medio de la batalla entre la personalidad o naturaleza forma,
altamente evolucionada, y el alma que intenta ser el máximo factor controlante.
Como se sabe, el color asignado a
Marte es el rojo, analogía del color de la corriente sanguínea, por eso a Marte
se lo asocia con la pasión, la ira y el sentido general de oposición. El
sentido de dualidad es excesivamente poderoso. De allí la necesidad de que toda
la vida del hombre (pues en este sentido la sangre es la vida) debe ser llevada
al conflicto, sin dejar de implicar algún aspecto de la naturaleza humana, de
aquí que surja también la necesidad de que el discípulo eleve al cielo su
naturaleza física, su naturaleza emocional o de deseos, y sus procesos
mentales. Esto sucede como consecuencia del subyugamiento de “la serpiente del
mal” (la naturaleza de la forma con sus incitaciones y exigencias) por medio de
“la serpiente de la sabiduría”, nombre esotérico dado con frecuencia al alma.
Respecto a la relación simbólica
entre Marte y la sangre, produciendo el conflicto resultante entre la vida y la
muerte (porque Escorpio es uno de los signos de la muerte) es interesante
observar que el cristianismo está regido por Marte. Nos inclinamos a reconocer
con facilidad que el sexto rayo, que actúa a través de Marte, rige al
cristianismo. Es una religión de devoción, fanatismo, máxima valentía e
idealismo, que pone el énfasis espiritual sobre el individuo, su valor y sus
problemas, el conflicto y la muerte. Todas estas características nos son
familiares por la presentación teológica cristiana. Sin embargo, ~s
preeminentemente una religión que ha librado una guerra cruel y muchas veces
ilógica contra el sexo y sus implicaciones; ha acentuado el celibato militante
(militante en lo que concierne a la mujer, sus derechos y su naturaleza); ha
considerado la relación sexual como uno de los principales males del mundo y ha
puesto el énfasis sobre la naturaleza inviolable del vínculo matrimonial si lo
ha sancionado la iglesia. Tal ha sido el resultado del efecto benéfico y
maléfico del impacto de la fuerza de sexto rayo sobre la naturaleza forma. Poca
importancia se le ha dado a la influencia que ejerce Marte sobre el
cristianismo, convirtiéndolo definidamente en una religión militante, a menudo
cruel y sádica (como lo atestiguan los crímenes y torturas llevados a cabo en
nombre del Cristo, el Representante prominente del amor de Dios). A través de
la enseñanza teológica cristiana corre abundante e incesantemente el tema de la
sangre, y se considera como fuente de salvación o relación sanguínea, y no el
aspecto vida que la sangre vela y simboliza. El cristianismo está regido por el
credo de un Cristo crucificado y muerto y no el credo del Maestre resucitado.
Una de las razones de esta tergiversación de la verdad se debe a que San Pablo,
el gran iniciado, antes de recibir la tercera iniciación, en la época en que
vivía como lo relata en los Hechos de los Apóstoles, estaba bajo la poderosa
influencia de Marte y había nacido en Escorpio; el estudio de su horóscopo
demostraría esto, si pudieran estudiarlo como lo hacemos quienes estamos
relacionados con la Jerarquía. El fue quien le dio el sesgo de Escorpio-Marte a
la interpretación y exposición de la doctrina cristiana y desvió la energía
hacia esos canales de la enseñanza ajenos a los propósitos de su Fundador. Tal
es frecuentemente el efecto indeseable de las actividades de los discípulos
bien intencionados sobre el trabajo que emprenden después que desaparece aquel
que inicia un determinado trabajo para la Jerarquía, o abandona su tarea a fin
de asumir otros deberes.
Los temas de la sangre y de la
muerte, del sufrimiento y de las exigentes pruebas del discípulo, del valor del
conflicto individual y de ser consciente de las penurias de la existencia, se
deben básicamente a las influencias combinadas de Escorpio y Marte que han
regido durante tanto tiempo al cristianismo, y sólo ahora empiezan a perder
algo de su influencia.
Será de gran valor un estudio de
los procesos de la muerte tal como el signo de Escorpio los condiciona y tal
como los vemos actuar en el signo de Piscis. La muerte producida por las
influencias de Plutón y la muerte producida por las influencias de Marte son
ampliamente diferentes. La muerte en Piscis por medio de la energía de Plutón
es transformación -transformación tan vital y básica que ya no se ve al
Anciano. Se hunde en las profundidades del océano de la vida, desciende al
averno, cuyas puertas no lo retienen. El nuevo y viviente Uno deja allí abajo
aquello que lo ha atado en el transcurso de las épocas y asciende desde las
profundidades hasta las alturas, cerca del Trono de Dios”.
La conexión que tienen estas
palabras con el Cristo, el actual Salvador del mundo, se manifiesta en sus
implicaciones; sin embargo, fueron escritas en nuestros archivos hace más de
siete mil años. La muerte en Escorpio es de naturaleza distinta y también está
descrita en la misma antigua escritura como:
el Anciano muere ahogado. Tal es la
prueba. Las aguas lo cubren y no puede evitarlo. Se ahoga. Se apagan los fuegos
de la pasión. La vida de deseos cesa su llamado, y ahora desciende al fondo del
lago. Más tarde asciende nuevamente a la Tierra, donde el blanco corcel espera
su llegada, y montándolo se dirige hacia la segunda muerte” (es decir hacia
Piscis).
Evidentemente aquí se refiere a
Sagitario. El discípulo -después de la muerte de la personalidad y luego de
matar el deseo- sigue hasta Piscis, donde nuevamente muere “para una
resurrección eterna”. En Escorpio se produce la muerte de la personalidad con
sus anhelos, deseos, ambiciones y orgullo. En Piscis tiene lugar la muerte de
todos los apegos y la liberación del alma a fin de prestar servicio en escala
universal. El Cristo ejemplificó en Piscis la sustitución del apego por el
amor. El cristianismo ejemplifica la muerte de la personalidad con sus
implicaciones individuales y no universales; ha carecido completamente de amor,
y el color controlador del cristianismo ha sido realmente el rojo. No es la
expresión del Cristo, sino la presentación de Escorpio-Marte por San Pablo.
Marte ha regido el cristianismo porque San Pablo interpretó mal el significado
esotérico del mensaje de El Nuevo Testamento, y lo interpretó mal porque la
verdad -como todas las verdades que llegan a la humanidad- debió pasar a través
del filtro del cerebro y la mente de su personalidad; por eso inevitablemente
le dio un sesgo y esguince personales, siendo responsable de la penosa historia
del cristianismo y de la desafortunada situación actual de las naciones
-ostensiblemente naciones cristianas- que todavía arrastran el odio, están
regidas por el temor y, al mismo tiempo, por el idealismo, gobernadas por la
fanática adhesión a su destino nacional, según lo interpretan, “buscando el
derramamiento de sangre”, demostrado en la acumulación de armamentos. Éstas son
características de sexto rayo, acentuadas por Escorpio y condicionadas por
Marte, que siempre rige el sendero del discípulo individual; hoy el discípulo
mundial, la entera humanidad, se halla en el portal del sendero. Todo Occidente
está en la actualidad bajo la influencia marciana, pero esto terminará en los
próximos cinco años.
Tercero. Marte rige los cinco
sentidos, siendo la base de todo el conocimiento humano en lo que concierne o
se refiere a lo tangible u objetivo. Por lo tanto, Marte rige la Ciencia, de
allí la razón de que exista en esta era un fundamental y permanente
materialismo en la ciencia -materialismo que rápidamente va decayendo a medida
que Marte se acerca al fin del presente ciclo de influencia. La tendencia de la
ciencia moderna está cambiando y se dirige al reino de lo intangible y al mundo
de lo inmaterial. Por eso también decae la oposición al ocultismo y se aproxima
su día de poder. Estos sentidos más sutiles sustituirán a los sentidos físicos,
sobre los cuales Marte ha ejercido durante tanto tiempo un exitoso control,
siendo también el motivo del desarrollo de los sentidos síquicos y de la
aparición, en todas partes, de los poderes sutiles y esotéricos de la
clarividencia y clariaudiencia. Este desarrollo será inevitable a medida que las
influencias de Escorpio y de Marte empiecen a disminuir, como ya está
sucediendo. En el año 1945 vimos desaparecer casi totalmente esta influencia
particularmente en el plano astral. Los astrólogos deberían recordar que las
influencias de las constelaciones, signos y planetas, actúan sobre tres niveles
de percepción -tres niveles descendentes- que se sienten primero, en el plano
mental, después en el astral y, finalmente, en el físico. Los astrólogos se
ocupan principalmente de este último plano poniendo el énfasis sobre los
acontecimientos y sucesos, no sobre sus causas condicionantes. En la actualidad
la astrología se ocupa de los efectos y no de aquello que los causa. Hay mucha
confusión sobre esta cuestión, y los horóscopos de los tres niveles son a menudo
muy tergiversados. A un horóscopo que podría ser interpretado estrictamente en
el plano mental se le da una interpretación física, y así los acontecimientos
que son totalmente mentales se los describe como ocurrencias físicas. Una
sugerencia para esta triple interpretación, que eventualmente deberán reconocer
los astrólogos, puede hallarse en la relación que existe entre planetas
ortodoxos, esotéricos y jerárquicos y en los rayos, de los cuales son la
expresión.
Por lo antedicho verán cuán
importantes son, en este período, las funciones de Escorpio y Marte en nuestro
planeta, y también observarán el breve tiempo de que dispone la humanidad para
que pueda (correcta o erróneamente) manejar sus pruebas. Comprenderán también
la presión bajo la cual la Jerarquía debe luchar, ahora que la energía marciana
se está expresando en el plano astral. ¿Elevará el Hércules mundial este
problema a los cielos? y “¿ levantará en vilo la Hidra” de la pasión y el odio,
de la codicia y la agresión, del egoísmo y la ambición, a la región del alma? ¿
O llevará todo este asunto al plano físico con su inevitable corolario de
desastre, guerra y muerte mundiales? Éstos son los problemas que encara la
Jerarquía.
Escorpio también está vinculado en
forma muy interesante, con la constelación de Cáncer, debido a la influencia de
sexto Rayo, y debe recordarse que este rayo se expresa por medio de Neptuno,
pero en forma esotérica y espiritual. Esotéricamente Neptuno rige a Cáncer. Por
lo tanto, el significado es claro, pues Cáncer es el signo del nacimiento, la
puerta de la encarnación y el signo de la generación; Escorpio es el signo del
sexo y de la regeneración, y el nacimiento siempre es el resultado designado de
la relación sexual. El Padre, espíritu, y la Madre, materia, cuando se unen,
producen al hijo. Las pruebas, las dificultades y los sufrimientos de esta era
son síntomas e indicios de que “está viniendo a la manifestación” una nueva
civilización y cultura. Presagian el nacimiento de una nueva era que todo el
mundo aguarda. Ello ocurrirá si -hablando esotéricamente- la energía de sexto
rayo de Marte, se trasmuta en energía de sexto Rayo de Neptuno, el primero es
“objetivo y está harto de sangre” y el segundo es “subjetivo y está pletórico
de vida”.
Un gran misterio está velado y
oculto en la relación mencionada, pues Cáncer-Neptuno es la expresión del
séptimo rayo que rige y controla a la octava Jerarquía Creadora. Ésta es una de
las cinco Jerarquías cuyos nombres desconocemos y está particularmente al borde
de la liberación, al mismo tiempo que está estrechamente vinculada con el
principio mente, cuando actúa a través de los ángeles solares, o por medio de
la Jerarquía humana. Está relacionada al nacimiento de la cuarta Jerarquía
Creadora, y es incomprensible para quienes no hayan recibido la cuarta
iniciación, pero debe recordarse este hecho interesante porque la conexión
entre los rayos sexto y séptimo despertó ese poderoso “deseo de encarnar” y
produjo la caída de los ángeles solares en épocas primitivas. Esta influencia
de sexto rayo que llega desde tres ángulos -ortodoxo, esotérico y jerárquico-
incluye a Neptuno y a Marte y predispone a la raza y al individuo a que lleguen
a ser discípulos centrados en Sagitario. Esta constelación es regida por Marte,
poniendo al hombre bajo el control de los 'Señoras lunares, la sexta Jerarquía
Creadora, o en estrecho contacto con ellos. Los estudiantes deberían estudiar
con cuidado sus horóscopos, recordando la diferencia que existe entre las cinco
Jerarquías no manifestadas y las siete que están ahora en expresión, y de las
cuales forma parte la sexta Jerarquía Creadora. Esta Jerarquía, desde el ángulo
más amplio de las doce Jerarquías y no sólo de las siete manifestadas, es la
undécima o la segunda. En consecuencia el sexto Rayo de Devoción es muy
poderoso en esta era o ciclo, de allí que cada país exprese sus mejores y
peores rasgos, ofreciendo el dramático ejemplo de una intensa devoción a las
cosas materiales y a los valores espirituales.
Escorpio y Acuario están también
peculiarmente relacionados entre sí por medio del planeta Mercurio, que rige a
la familia humana (porque es el planeta jerárquico de Escorpio), y por
intermedio de Neptuno, que rige a Cáncer, gobernando así la expresión en el
plano físico. A este respecto la Luna es considerada como el regente ortodoxo y
jerárquico de Acuario. Les recordaré que la Luna es considerada generalmente
como que vela u oculta algún planeta y tres son los que ella oculta. Aquí se
requiere la intuición del astrólogo y del estudiante esotérico. Estos planetas
son Vulcano, Neptuno o Urano. Los tres crean e influyen a ciertos aspectos del
principio Madre, que nutre y alimenta la vida de la realidad interna divina,
hasta el momento en que el Cristo-Niño es dado a luz. Determinan o condicionan
la naturaleza física, astral y mental, creando así la personalidad. Forman un
triángulo de inmenso poder creador, sobre cuya tema. me extenderé más adelante
cuando trate la Ciencia de los Triángulos. Lo que intento exponer es que, a través
de la influencia de Mercurio y Neptuno, se desarrolla la conciencia grupal del
individuo, a fin de que mediante las pruebas en Escorpio y -la experiencia en
Acuario, el discípulo adopte en el plano físico- la posición de un servidor
mundial; todos los servidores del mundo son trabajadores que están
descentralizados y regidos por la necesidad y las reacciones de la masa o del
grupo. Ésta es una de las razones por las cuales los discípulos en
entrenamiento son absorbidos por el grupo de un Maestro, que integralmente es
una colectividad de individuos imbuidos de la idea de grupo, aprendiendo
acrecentadamente a reaccionar a ella. En este período mundial y de un modo
peculiar, en lo que respecta a la raza Aria, a la cual pertenece el mundo
occidental, Neptuno es esotéricamente conocido como el Iniciador. En ciertas
fórmulas antiguas, el gran instructor de Occidente y actual Iniciador mundial,
el Cristo, es conocido como Neptuno que rige el océano, cuyo tridente y símbolo
astrológico significa la Trinidad en manifestación, y es el Regente de la era
pisciana. La fórmula en términos esotéricos es: “. . . las diosas peces, que
han salido de la tierra (Virgo) y penetrado en el agua (Piscis), conjuntamente
dan a luz al Dios Pez (el Cristo), quien introduce el agua de la vida en el
océano de la sustancia, trayendo luz al mundo. Así trabaja Neptuno”. Sin
embargo es un gran misterio que sólo es revelado en la segunda iniciación donde
se demuestra el control que ejerce el fluido plano astral.
Por ser Cáncer la puerta hacia la
encarnación, está estrechamente relacionada a Escorpio, por medio de Neptuno y
Marte, y ambos expresan la energía de sexto Rayo. En Cáncer tenemos la devoción
del alma, desarrollada en tal medida que el anhelo de manifestarse sobrepasa a
todos los demás anhelos, obligando al alma a cumplir con los procesos de
encarnación. En Escorpio, ese mismo espíritu de devoción (que está basado en el
sentido de la dualidad y en la necesidad de ir hacia aquello que no es el Yo)
va en dirección contraria, y el anhelo de liberarse y de hollar el Sendero de
Retorno llega a ser tan fuerte que el discípulo se somete a las pruebas,
invierte -a costa de enorme dolor- su posición en la rueda de la vida y asume
la actitud del Observador, en contradicción con la del Experimentador.
Cesan las antiguas
identificaciones; empiezan a aparecer nuevas tendencias hacia identificaciones
superiores más sutiles y espirituales; entonces Neptuno y Marte comienzan a
desempeñar su parte.
Un detenido estudio de estas
relaciones revelará el hecho de que los cuatro signos del zodíaco desempeñan la
parte preponderante en la vida del hombre que actúa cuando está encarnado, y
tiene el Sol en Escorpio o Escorpio en el Ascendente, y son:
1. Aries Cruz Cardinal Impulso iniciador Vida
2. Cáncer Cruz Cardinal Impulso enfocado Encarnación
3. Escorpio Cruz Fija Impulso
hacia la reversión Retorno
4. Acuario Cruz Fija Impulso
grupal Servicio
Estos signos son 1-4-8-11. Los
números son muy significativos en sí mismos, porque son signos de
voluntad-deseo, expresión humana, principio crístico y de iniciación. No es
necesario extenderme sobre este crúadruple tema y la verdad de sus enseñanzas
implicadas, porque es claro y evidente que la historia del alma está encerrada
en estos números.
Quisiera tratar otro punto
interesante que servirá para demostrar la potencia de Escorpio y sus energías
en la vida del discípulo. Como bien saben, Escorpio es uno de los cuatro brazos
de la Cruz Fija de los cielos. En esta Cruz, el hombre bien equilibrado
permanece exactamente en el centro donde se unen los cuatro brazos y, por lo
tanto, en el punto donde la energía de los cuatro signos y sus planetas
regentes pueden afluir a través de él y evocar las reacciones necesarias,
producir las condiciones en que sea posible la prueba y efectuar la reversión
requerida de las corrientes de la vida en la naturaleza del hombre, ubicándolo
en la rueda revertida.
Los planetas que lo regirán y
condicionarán en algún aspecto de su naturaleza son:
Planeta Signo Rayo Escuela
Venus Tauro 5to. Ortodoxa
Vulcano Tauro 1ro. Jerárquica.
Esotérica
El Sol Leo 2do. las tres
Marte Escorpio 6to. Ortodoxa. Esotérica
Mercurio Escorpio 4to. Jerárquica
Urano Acuario 7mo. Ortodoxa
Júpiter Acuario 2do. Esotérica
La Luna Acuario 4to. Jerárquica
En esta clasificación se ha omitido
la influencia de un sólo Rayo, el tercer Rayo de Inteligencia Activa. Los demás
rayos afluyen vertical y horizontalmente a la naturaleza del hombre y a su
medio ambiente. La vida y la cualidad y la apariencia, todas pasan por las
pruebas, pero toda esa experiencia debe ser pasada subjetivamente y,
finalmente, levantada “en vilo” y elevada al mundo de los valores espirituales,
donde todos los problemas deben ser solucionados a la luz de la intuición y por
el alma, por lo tanto son indeseables el estímulo del intelecto y el enfoque de
la atención del discípulo en el plano físico (el mundo de los valores
materiales).
La influencia de tercer rayo por
consiguiente es omitida o “desviada ocultamente”, según se dice, excepto en la
medida que la. sustancia del cerebro es automáticamente condicionada por el
tercer rayo, regente subconsciente de la materia. Esta afluencia de seis
potencias, proporciona el escenario y las condiciones para las pruebas; todas
estas energías de rayo se expresan como subrayos activos del rayo al cual
pertenece el alma del discípulo, de allí la necesidad de asegurarse el rayo a
que pertenece el alma antes de confeccionar el horóscopo y hacer el mapa.
Esto me lleva a decir algunas
palabras sobre dos puntos. Al tratar el horóscopo de la personalidad del hombre
común sin aspiraciones, el astrólogo debe tratar de descubrir el rayo de la
personalidad, por el estudio del carácter, de las referencias físicas, de las
cualidades emocionales, del tipo de mente y de la naturaleza del medio
ambiente. Entonces estará capacitado para confeccionar un mapa muy útil, con
los planetas ortodoxos que rigen la vida. Lo mismo debe hacerse en el caso del
horóscopo de un discípulo, procurando descubrir el rayo del alma, el cual pone
su marca y acentúa su cualidad y naturaleza en el caso de personas
evolucionadas; cuando esto surge con claridad, el hombre evidentemente es un
discípulo, y los planetas esotéricos ¡regirán su horóscopo. Habiendo
determinado el rayo del hombre que está sometido a las pruebas en Escorpio, el
astrólogo podrá ubicar después los otros rayos en lo que a él respecta y su
probable experiencia.
Otro punto al que deseo referirme,
es el constante uso de la palabra relación o relaciones, y frases análogas.
Esto es inevitable debido a que la ciencia de la astrología es totalmente, en
último análisis, la Ciencia de las relaciones y, en consecuencia, no tiene
objeto eludir el término, especialmente cuando no hay otro que lo sustituya
adecuadamente. Interrelación, interdependencia, intercomunicación, interacción,
son las palabras que rigen la base científica de la astrología y que hoy están
empezando a generalizarse es relación con la conducta y los asuntos humanos. Su
empleo irá acrecentándose. Las etapas preparatorias para la fusión, mezcla y
síntesis del mundo están presentes hoy, y en ello reside la esperanza del mundo
y la seguridad de que los problemas serán solucionados finalmente en forma
correcta.
Respecto a la vida vertical y
horizontal en la Cruz Fija, ea. instructivo observar que la vida vertical del
hombre en esa Cruz (no importa en qué signo pueda hallarse temporariamente su
Sol) es siempre Acuario-Leo. Esto indica que el individuo autocentrado en Leo,
aprende la lección de la Cruz, se descentraliza, es consciente del grupo y se
dedica a prestar servicio. El brazo horizontal es Tauro-Escorpio, indicando que
el deseo por lo material es finalmente sustituido por el deseo de los valores
espirituales, demostrado por medio de las pruebas en Escorpio. La Tierra y el
Agua (Tauro y Escorpio) deben fusionarse y relacionarse, y esta verdad,
vinculada a estos dos signos del zodíaco, fundamenta todas las enseñanzas sobre
el bautismo y la purificación. Los deseos materialistas terrenos en Tauro
deben, a su debido tiempo, quedar bajo la influencia del agua purificadora en
Escorpio. El bautismo por el agua (nombre dado a la segunda iniciación)
requiere un período preparatorio de prueba y purificación, lo cual debe
proporcionar la experiencia en Escorpio. Análogamente también deben ser
fusionados fuego y aire (Acuario y Leo), y de esta manera los cuatro elementos,
lo mismo que seis de los siete rayos, deben desempeñar su parte en el
condicionamiento del hombre en Escorpio para las etapas finales del Sendero.
Es muy reveladora la ubicación de
los planetas en este signo, y está también de acuerdo con el propósito general
de la experiencia en Escorpio, bosquejada anteriormente. Urano está exaltado en
este signo, y allí disminuye el poder de Venus, mientras que la Luna cae. ¿ Qué
demuestran simbólicamente estos hechos? Trataré de hacerles ver con claridad la
belleza de lo que ello implica.
Urano es un planeta que tiene las
características de la mente científica, que en esta etapa de la trayectoria del
discípulo, significa que puede empezar a vivir la vida esotérica y que el
camino del conocimiento divino puede reemplazar al camino místico del
sentimiento, y además que el conocimiento puede ser trasmutado en el camino de
sabiduría y de luz. Esto trae necesariamente el aspecto voluntad o influencia
de primer rayo (Vulcano), fusionado con el séptimo rayo (Urano), produciendo la
manifestación deseada en el plano físico. Por lo tanto, Urano inicia un nuevo
orden y condiciones de vida y -cuando se ha desarrollado en la vida del
discípulo- trae a su vez la comprensión de las causas de las cosas, tal como
son, y el deseo de cambiar el antiguo orden y orientación en nuevos, lo cual
produce la reversión de la rueda. Este acontecimiento puede verse hoy con mucha
claridad en relación con la humanidad y los procesos mundiales. La influencia
de Urano, llevada a su lógica conclusión, trae finalmente el consecuente
desenvolvimiento espiritual, en contraposición al humano; por esta razón Urano
está exaltado en este signo y asume una posición de poder e influencia
dirigida.
Venus, la mente inteligente,
disminuye su poder en este signo, porque el intelecto -habiendo sido
desarrollado y utilizado- debe ahora subordinarse al poder más elevado del
alma, la intuición espiritual. El Hijo de la Mente, el Ángel solar, también
debe ahora manifestarse como el Hijo de Dios. Cuando el Ángel solar controla
oportunamente, debe ceder su lugar a la Presencia, la cual ha estado velada u
oculta. Venus debe menguar y el Sol -como símbolo de la Deidad- crecer su
influencia y finalmente ocupar el lugar de Venus. Tales son las significaciones
simbólicas y esotéricas.
La Luna se considera que actúa en
su verdadera naturaleza y, por lo tanto, expresa simbólicamente lo que está
muerto. La Luna representa a la personalidad y, en la victoria final lograda en
Escorpio, la personalidad es totalmente vencida y derrotada. Se mata el deseo,
porque mediante el deseo expresado de cualquier tipo, la personalidad demuestra
vida, cualidad y apariencia. Reflexionen sobre esto, pues la Luna cae en
Escorpio y desaparece su influencia.
Los extremos se unen en el
discípulo que se halla en el punto medio o en el centro de la Cruz Fija en
Escorpio. La imaginación espiritual, el factor que presta mayor servicio al
hombre, comienza a sustituir a ese antiguo espejismo por el cual hemos erigido
el mundo irreal, donde nos parece que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro
ser. La autoindulgencia iniciada en Tauro, cede su lugar a la actitud altruista
del discípulo en Escorpio; también la ambición cede su lugar a la actividad
ejecutiva del alma, mientras que el apego a los deseos -simpatías y antipatías-
de la personalidad se trasmutan en tenaz propósito. del alma. Los poderes
ocultos de la naturaleza del alma -son secretos y están mal aplicados, porque no
han sido comprendidos y, por lo tanto, fueron mal dirigidos- son sustituidos
por los misterios de la iniciación y la comprensión práctica de las energías
conferidas, de este modo, al receptor. Tales son algunas de las grandes
transformaciones que acontecen en la vida del discípulo que se somete
inteligentemente a las pruebas y dificultades en Escorpio.
Los tres decanatos y sus regentes
difieren según los astrólogos. Un grupo da a Marte, el Sol y Venus como
rigiendo los decanatos de Escorpio, mientras que otro considera a Marte,
Júpiter y la Luna como los tres regentes. Quizás la verdad se halla en ambas
conclusiones si las vemos desde el punto de vista esotérico y del hombre no
evolucionado, punto interesante para que lo investiguen y estudien los astrólogos.
Algún día sabrán, con toda claridad, la posición de los cinco planetas
sugeridos que rigen los decanatos (ya están de acuerdo respecto a uno). No.
puedo decir la verdad esencial, porque un nuevo planeta está surgiendo en este
signo, y le corresponde al hombre descubrirlo y ubicarlo correctamente dentro
de la circunferencia de la Gran Rueda.
Las palabras clave de este signo
son significativas e iluminadoras. Engaño y triunfo -el control ejercido por
maya y por el alma- conflicto y paz, tales son los secretos ocultos de este
signo y están resumidos para todos los discípulos en éstas dos palabras clave.
En la rueda común sobre la cual se encuentra el alma, ciega y aparentemente
desamparada, surge el Verbo en los siguientes términos: “Y el Verbo dijo: que
florezca maya y que rija el engaño”. En la rueda revertida el alma entona o
canta las palabras: “Guerrero soy y salgo triunfante en la batalla”.
LOS PLANETAS Y LA ENSEÑANZA ESOTÉRICA
“Urano
(7mo.) Escuela de Magia de décimo orden. Se lo denomina a veces ‘el planeta de
la fuerza violeta’, y sus egresados manejan el poder del prana etérico
cósmico.
Tierra
(39) Escuela de Respuesta Magnética. Otro nombre dado a sus discípulos es: ‘los
egresados del penoso esfuerzo’ o ‘los adjudicadores que se encuentran entre
los polos opuestos’... Puede extraerse otro indicio de los dos nombres dados,
y es que sus egresados son examinados en el tercer subplano astral.
Vulcano
(1ro.) Escuela de las Piedras Ígneas. Existe una curiosa relación entre los
entes humanos que pasan por sus aulas y el reino mineral. Los entes humanos, en
el esquema terrestre, son denominados en lenguaje místico ‘las piedras
vivientes’; en Vulcano se los denomina ‘piedras ígneas’.
Júpiter
(2do.) Escuela de los Magos Benévolos. A este planeta se lo llama a veces, en
términos escolásticos, ‘el Colegio de las Unidades de la Cuádruple Fuerza’,
porque sus miembros manejan cuatro tipos de fuerza cuando realizan el trabajo
mágico constructivo. Otro nombre dado a sus aulas es el de ‘el Palacio de la
Opulencia’, porque sus graduados trabajan con la Ley del Abastecimiento, y se
los denomina frecuentemente ‘los Sembradores’.
Mercurio
(4to.) A los discípulos de esta escuela planetaria se los denomina ‘los Hijos
de la Aspiración’ o ‘los Puntos de Luz Amarilla’. Tienen un estrecho vínculo
con nuestro esquema terrestre. No se proporciona el nombre de esta escuela.
Venus
(5to.) Escuelas como cinco Grados Estrictos. También es un esquema planetario
íntimamente relacionado con el nuestro, pero su Logos planetario pertenece a un
grupo de estudiantes más avanzados, en sentido cósmico, que nuestro Logos
planetario. La mayoría de sus instructores jerárquicos vienen del quinto plano
cósmico.
Marte
(6to.) Escuela de los Guerreros. O del estudio libre para los guerreros. Cuatro
de estas escuelas planetarias son responsables de la energía que afluye a
través de las ‘cuatro castas’. Se dice que sus instructores son los ‘graduados
de la Llama rojiza’, y frecuentemente se los representa vestidos con mantos
rojos... Trabajan con el primer aspecto logoico y entrenan a aquellos cuya
tarea corresponde a la línea del destructor.
Neptuno
(6to.) Esta escuela se ocupa de desarrollar y fomentar el elemento deseo, y a
sus egresados se los denomina ‘los Hijos de Vishnu’.” F. C. 920-21-2.
Las
Escuelas de Saturno, el Sol, la Luna y Plutón, no se han dado, pero completan
los doce planetas.