3.11.07

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En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
 
Dua Kumail
 
  Saludos: Vamos a publicar aquí algunas de las súplicas más conocidas en el Islam (especialmente el Islam shiita), comenzando por el "Dua Kumail". Es la súplica que el Imam Alí (con él sea la Paz) le enseñara a su discípulo Kumail. Es especial para leer los jueves por la noche y se llama "Du'a Kumail". Los shiitas acostumbran a reunirse los jueves por la noche a recitar esta súplica que recomendamos a todos los creyentes.
 
 En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso.
¡Oh, Dios! Te pido por Tu Misericordia que abarca todas las cosas,
por Tu Fortaleza con la cual dominas todas las cosas y ante la cual se humillan todas las cosas y frente a la cual todas las cosas son despreciables...
Por Tu Invencibilidad a través de la cual derrotarás a todas las cosas,
por Tu Poderío que nada puede resistir,
por Tu Majestuosidad que ha colmado todas las cosas,
por Tu Autoridad que supera todas las cosas,
por Tu Esencia que subsistirá luego de que perezcan todas las cosas,
por Tus Nombres que han llenado los fundamentos de todas las cosas,
por Tu Ciencia que abarca todas las cosas
y por la Luz de Tu Rostro con la cual iluminas todas las cosas.
¡ Oh, Luz! ¡Oh, Santísimo! ¡Oh Primero de los primeros y Ultimo de los últimos!
¡ Oh, Dios! Perdóname los pecados que deshonran (a quien los comete).
¡ Oh, Dios! Perdóname los pecados que causan adversidades.
¡ Oh, Dios! Perdóname los pecados que alteran las mercedes.
¡ Oh, Dios! Perdóname los pecados que aprisionan la súplica.
¡ Oh, Dios! Perdóname los pecados que cortan las esperanza.
¡ Oh, Dios! Perdóname los pecados que atraen tribulaciones.
¡ Oh, Dios ! Perdóname todos los pecados que haya cometido y todos los errores en los que haya incurrido.
 
¡Oh, Dios ! En verdad busco Tu Cercanía a través de Tu Recuerdo y solicito para mí Tu Intercesión ante Tí Mismo.
Te ruego por Tu Munificencia que me lleves cerca de Tu Proximidad, que me infundas gratitud hacia Tí y que me inspires Tu Recuerdo.
Oh, Dios ! En verdad Te suplico con la súplica del obediente, humillado y sumiso, que me demuestres tolerancia, que me tengas misericordia y me tornes complacido y satisfecho con Tu Provisión y humilde en todo estado.
¡ Oh, Dios ! Te imploro con la súplica de aquel cuya privación es extrema,
que ha expuesto ante Tí sus necesidades y cuyo deseo por lo que está en Tí se ha engrandecido...
¡ Oh, Dios! Tu Autoridad es eminente,
Tu Situación es Altísima,
Tu Intriga es secreta ( está oculta )
y Tu Designio ha prevalecido.
Tu Fuerza es victoriosa,
Tu Dominio predomina
y escapar de Tu Autoridad es imposible.
¡ Oh, Dios ! No encuentro a nadie que perdone mis pecados
ni nadie que oculte mis vilezas,
ni nadie que pueda transformar mis malas acciones en buenas obras excepto Tú. ¡No hay divinidad sino Tu!
¡ Glorificado seas Tú y Tuya es la Alabanza!
He sido injusto conmigo mismo y he sido osado ( desobedeciéndote en detrimento propio ),
y me siento tranquilo con respecto a Tu eterno Recuerdo de mí y Tu Gracia hacia mí.
¡ Oh, Dios! ¡Oh, mi Protector! ¡Cuántas de mis acciones perversas has escondido
y cuántas de mis más abrumadoras aflicciones Has abolido!
¡ Cuántos de los tropiezos me Has evitado y cuántas calamidades Has alejado de mí!
¡ Y cuántos bellos elogios de los cuales no soy merecedor Has extendido sobre mí!
¡ Oh, Dios ! Mis tribulaciones son tremendas,
mi estado maligno es excesivo,
mis actos son deficientes,
las cadenas de mis deseos me atan,
mis esperanzas desmedidas me apartan de mi beneficio
y el mundo con sus ilusiones, mi propia alma con sus ofensas y mi propia negligencia me han engañado...
¡ Oh, mi Señor! Te imploro por Tu Poderío que mis acciones y actos malvados no te impidan escuchar mis ruegos
y que no me deshonres con lo recóndito de mis secretos que sólo Tú conoces,
ni precipites el castigo por aquello que haya cometido en mi soledad,
en acciones perversas y maldades,
en continua desatención e ignorancia
y en muchas pasiones y descuidos.
Sé, oh Dios !, por Tu Poderío, Benevolente conmigo en todos los estados y Bondadoso en todos los asuntos.
¡ Oh, mi Dios y mi Señor! ¿A quién aparte de Tí puedo pedir que quite mis aflicciones y cuides mis acciones?
¡ Oh, mi Dios y mi Protector! Tú me Has impuesto un Decreto en el cual yo he seguido el capricho de mi propia alma y no me he cuidado de los adornos de mi enemigo ( el demonio )...
El me sedujo a través de los caprichos de mi propia alma y en esto lo favoreció el destino ( la predestinación ). Así que sobrepasé algunas de Tus limitaciones que me fueron impuestas y fui en contra de algunas de Tus órdenes. Tú posees argumentos en mi contra de todo esto y yo no tengo justificación en contra de lo que Tu Designio me haya impuesto ni de lo que Tu Decreto y Tu Prueba me imponen...
Ahora he venido hacia Tí, oh Dios mío !, después de mi falta y mi inmoderación contra mi propia alma,
expresando mi excusa apenado, contrito, preocupado, derrotado, pidiendo disculpas, pidiendo perdón, con remordimiento, reconociendo, con lamento, sumiso, confeso.
No encuentro escape alguno de aquello que ha ocurrido en mí
ni lugar de refugio hacia el cual pueda dirigirme para corregir mis asuntos excepto que Tú aceptes mis excusas
y que entre en Tu Misericordia abarcante...
¡ Oh, Dios! Acepta mi disculpa y ten misericordia de la profundidad de mi aflicción Libérame de la dureza de mis cadenas
¡ Oh, Señor! Ten misericordia de la debilidad de mi cuerpo,
la tenuidad de mi piel y la fragilidad de mis huesos.
¡ Oh, Tú, Quien iniciaste mi creación, mi recuerdo, mi educación, la piedad hacia mí y mi nutrición!
¡ Otórgame con Tu prístina Generosidad y Tu previa Bondad hacia mí!...
¡ Oh, mi Dios, mi Señor y mi Educador! ¿Acaso puedo creer que me atormentarás con el Fuego Infernal después de haber profesado Tu Unicidad,
después de que mi corazón ha sido abrigado por Tu Conocimiento,
después de que Tu Recuerdo constantemente ha estado en mi lengua
y de que mi pensamiento se ha aferrado a Tu Amor ?
¿ Después de la sinceridad de mi confesión y mi ruego humilde ante Tu Señorío? ¡Lejos está esto de Tí!
Tú eres Generosísimo para despreciar a quien Has criado
o alejar a quien Has aproximado a Tí,
o expulsar a quien le otorgaste refugio
o entregar a la tribulación a quien Has amparado y tenido Misericordia de él...
 
¿Cómo podría sostener yo,
¡ oh mi Señor, mi Dios y mi Protector!,
que sometes al Fuego del Infierno a los rostros que cayeron prosternados ante tu Grandeza,
a las lenguas que profirieron Tu Unicidad (diciendo : "No hay divinidad excepto Dios" ) sinceramente
y Te agradecieron elogiosamente,
a los corazones que reconocieron Tu Divinidad con veracidad,
a las mentes que abarcaron tanta ciencia de Tí hasta tornarse humildes
y a las extremidades que frecuentaron los lugares de Tu Adoración con obediencia,
implorando con sumisión Tu Indulgencia ?
¡ No debe ser esta la opinión sobre Ti
ni nadie debe pensar así (de Ti)
ni es lo que se nos ha sido informado sobre Tu Favor, oh Generosísimo !
 
¡Oh, Señor! Tu conoces mi debilidad ante la más pequeña aflicción de este mundo y sus padecimientos,
y ante las pruebas que recaen sobre sus habitantes,
aunque sea una aflicción y una prueba cuya permanencia es corta,
cuya subsistencia es escasa
y cuyo término pasa velozmente.
Entonces, ¿cómo podría soportar las aflicciones del otro mundo y las terribles calamidades que allí ocurren ?
Es una aflicción que se prolongará largamente y una morada perdurable
a cuya víctima no se le dará respiro
porque sólo existe como resultado de Tu Ira, Tu Venganza y Tu Cólera,
y ni los cielos ni la tierra pueden enfrentarse a ellos.
¡ Oh, Señor! ¿Cómo podría hacerlo yo cuando no soy más que un siervo Tuyo débil, bajo, insignificante e incapaz de proveerse a sí mismo?
 
¡Oh, mi Dios, mi Educador, mi Señor y mi Protector!
¿ De qué cosas podría quejarme ante Tí y por cuál de ellas clamaría y lloraría?
¿ Por el dolor y la severidad del Castigo o por la prolongación de la aflicción y su duración?
Si me tornaras hacia el Castigo con Tus enemigos
y me separaras de Tu amados y amigos,
entonces supón, ¡oh mi Dios, mi Amo, mi Protector y mi Señor!,
que soy capaz de resistir el Castigo,
¿ cómo podría tolerar Tu separación?
Supón que soy capaz de soportar el ardor de Tu Fuego,
¿ cómo podría tolerar no contemplar Tu Generosidad ?
¿ O Cómo podría estar en el Fuego si mi esperanza es Tu Dispensa?
Por Tu Poder, ¡oh mi Amo y mi Protector!,
juro sinceramente que si me dejaras con habla
me lamentaría por Ti en medio de los habitantes del Fuego con el lamento de los esperanzados;
gritaría por Ti con el grito de los que imploran auxilio;
lloraría por Ti con el llanto de los afligidos por una pérdida
y Te invocaría : ¿Donde estás, oh, Amigo de los creyentes?
¡Oh, Meta de las esperanzas de los místicos!
¡ Oh, Ayuda de los que imploran auxilio!
¡ Oh, Amado del corazón de los sinceros!
¡ Oh, Dios del Universo!
Sería que - Tuya es la Gloria, mi Dios y Tuya la Alabanza- escuchando dentro del Fuego la voz de un siervo sometido,
prisionero dentro de él por su oposición,
que saborea el tormento a causa de su desobediencia,
confinado en uno de los planos del Infierno por su pecado y su crimen,
pero que se lamenta a Tí con el lamento de quien está esperanzado en Tu Misericordia,
que Te llama con la lengua de aquellos que afirman Tu Unicidad y acude a Tu Señorío ( sería acaso que Le abandonarías ? ).
¡ Oh, mi Protector! ¿Cómo puede permanecer en el Castigo mientras tiene esperanza en Tu previa Benevolencia?
¿ O cómo sus llamas pueden abrasarlo mientras Tú escuchas su voz y observas su sitio en el Fuego?
¿ O cómo será circundado por sus alaridos mientras Tú conoces su debilidad ?
¿ O cómo puede convulsionarse en sus planos mientras Tu conoces su sinceridad?
¿ O cómo sus carceleros le torturarían mientras Te llama "¡Oh, Señor!"?
¿ O cómo esperaría Tu Favor para ser liberado ( del Fuego ) y Tú le abandonarías en él ?
¡¡¡ Lejos está esto de Ti !!!
Esto no se debe esperar de Ti
ni es lo bien sabido de Tu Favor
ni se equipara a la Bondad ni Benevolencia con la que tratas a quienes profesan Tu Unidad.
Entonces, en la certeza, yo declaro que si no fueras porque Has decretado el Castigo a quienes Te niegan
y lo Has establecido para toda la eternidad para los contumaces,
Tú transformarías el Fuego en frescor y salvación,
y nadie tendría morada en él ni residencia.
Pero Tú - ¡Benditos sean Tus Nombres! - Has jurado llenar la Gehena con los incrédulos ya sean genios u hombres,
y que vas a eternizar allí a los que caprichosamente se resisten.
Y Tú - Exaltada sea Tu Alabanza ! - lo declaraste al principio.
Pero has sido Magnánimo con los Dones y Generosísimo.
" ¿Acaso el creyente y el corrupto serán equiparados ? Ellos no son iguales."
 
¡Mi Dios y mi Amo! Te pido por el Poder mediante el cual Has decretado todos los asuntos del Universo
y por la sentencia que Has determinado e impuesto y que subyuga a quien le fue prescripta,
que me perdones en esta noche y en esta hora toda ofensa que haya cometido, todo pecado que haya realizado
y toda maldad que haya ocultado,
toda necedad que haya realizado en forma privada o pública,
la haya ocultado o manifestado,
y toda iniquidad que hayas ordenado a los "nobles escribas" apuntar,
aquellos que Has designado para controlar todo lo que provenga de mí
y a quienes Has puesto junto a mis miembros corporales como testigos ante mí. Pero Tú Mismo eres mi Custodio por encima de ellos
y el Testigo de lo que para ellos está oculto.
Por Tu Misericordia lo Has ocultado y por Tu Favor lo Has velado.
( Oh, Dios !) Te pido que multipliques mi participación en todo bien que Tú envías o Beneficencia que Tú confieres
o Bondad que Tú exparces
o sustento que Tú repartes
o pecado que Tú ocultas
o errores que Tú cubres.
¡ Oh Señor, oh Señor, oh Señor !
¡ Oh, mi Dios, mi Amo, mi Amigo y Soberano de mi esclavitud !
¡ Oh, Tú que me tienes en Tus Manos por el copete !
¡ Oh, Tú que conoces perfectamente mis aflicciones y mi miseria !
¡ Oh, Tú que estás bien informado de mi pobreza e indigencia !
¡ Oh, Señor, oh, Señor, oh, Señor !
Te imploro por Tu Realidad, Tu Santidad
y el más grande de Tus Atributos y Nombres
que Hagas todo mi tiempo en la noche y el día habitado por Tu Recuerdo,
unido a Tu servicio,
y mis acciones aceptables ante Tí,
hasta que mis acciones y mis letanías sean todas un único recordar
y mi ocupación en Tu servicio sea perpetua.
¡ Oh, Amo mío! ¡Oh, mi Confianza!
¡ Oh, a Quien yo me quejo de mis estados!
¡ Oh Señor, oh Señor, oh Señor!
Fortalece mis extremidades en Tu servicio,
Fortifica mis flancos ( y mi corazón) con firme resolución,
y regálame el esfuerzo de temerte con seriedad
y la continuidad de mi unión a Tu servicio,
para que así me sea más fácil moverme hacia Tí en los campos de batalla a la vanguardia ( adelantándome a los primeros ),
precipitándome hacia Tí entre los sobresalientes,
deseando apasionadamente Tu Proximidad entre los deseosos apasionados, acercándome a Tí con la cercanía de los sinceros,
temiéndote con el temor de aquellos que tienen certeza
y reuniéndome con los creyentes en Tu Vecindad.
¡ Oh, Dios ! A cualquiera que desee mi mal, dáselo para sí mismo,
y a cualquiera que quiera engañarme, engáñalo.
Hazme uno de Tus mejores siervos en provisión de Tí,
de los más cercanos de ellos en jerarquía ante Tí
y de los más selectos en Proximidad a Tí.
Esto no puede obtenerse excepto por Tu Favor.
¡ Otórgame de Tu Munificencia,
sé bondadoso conmigo por Tu Gloria
y protégeme con Tu Misericordia!
Haz que mi lengua de Tu Recuerdo esté prendada
y que mi corazón esté rendido a Tu Amor.
Agráciame con Tu favorable respuesta a mi ruego,
anula mis tropiezos y perdona mis errores.
Pues Tú Has decretado e impuesto Tu adoración sobre Tus siervos,
les Has ordenado que Te suplicaran
y aseguraste a ellos la respuesta.
Por lo tanto hacia Tí, oh, Señor mío !, he vuelto mi rostro,
y hacia Tí, oh, Señor mío !, he extendido mi mano.
Entonces por Tu Poderío, responde a mi súplica,
hazme obtener mis anhelos,
no cortes mis esperanzas sobre Tu favor
y líbrame de la maldad de mis enemigos entre los genios y los hombres !
¡ Oh, Quien Su Complacencia es rápidamente obtenida !
Perdona a quien no posee otra cosa que la súplica.
Pues Tu realizas lo que quieres.
¡ Oh, Quien Su Nombre es remedio,
Su Recuerdo es curación
y Su obediencia es riqueza!
¡ Ten Misericordia de aquel cuyo único capital es la esperanza y cuyas armas son las lágrimas!
¡ Oh, Abundante en Bendiciones !
¡ Oh, Repeledor de adversidades !
¡ Oh, Luz de aquellos que están solos y tristes en las tinieblas !
¡ Oh, Sapientísimo que nunca fue enseñado !
Bendice a Muhammad y a la familia de Muhammad
y has de mí lo que es Digno de Tí
La Bendición de Dios y abundante Paz sea con Su Mensajero y con los benditos Imames de su Descendencia."
(Si les interesa el Islam, los esperamos en Unidad Islámica: http://groups.msn.com/UnidadIslamica)
 
 
 
 
 
 
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
 
Sahifatus Sayyadiiah Súplica número XII:
 
Ruego en el estado de reconocimiento ( de faltas ante Dios)
 
Del Imam Ali ibn Husein As Sayyad (P):
 
Oh, Dios! Tres cuestiones me impiden pedir ante Tí, mientras que una me impulsa a hacerlo.
Me impiden pedirte: un mandato que Tú has sentenciado, de cuya obediencia me he atrasado;
una prohibición que Tú me has vedado hacia la cual yo me dirigí rápidamente; u
na merced que Tú me has agraciado, de cuyo agradecimiento he sido desatento. 
Me impulsa a pedirte el favor que Tú tienes para con quien se dirige hacia Tí y va hacia Tí pensando en Tí con buena intención (creyendo firmemente que Tú no rechazas a nadie).
 
Porque todas Tus bondades proceden de Tu favor y todas Tus mercedes no necesitan requisitos previos para ser otorgadas.
 
  Luego, ¡oh, Dios mío! me encuentro detenido ante la Puerta de Tu Majestad como un entregado humillado
y Te pido con extrema vergüenza, como una persona pobre que tiene una gran familia que mantener,
no reconozco Tu beneficencia a no ser que me aparte de la desobediencia hacia Tí,
y de ese modo y en todos los estados disfrutaré y aprovecharé de Tus gracias.
 
Oh Dios mío acaso me beneficiará y me salvará ante Tí mi reconocimiento de todas las malas acciones que he cometido, ¿o me hará merecedor de Tu cólera?
Y acaso ¿me acompañará Tu ira cuando yo te invoco?
 
¡Glorificado seas Tú!
 
¡Oh, Dios! Yo no desespero ante Tí ya que has abierto para mí la puerta del arrepentimiento hacia Tí.
Por el contrario: hablo y me expreso como un siervo humilde, que ha tratado injustamente a su propia alma,
que ha sido negligente en cuanto a la veneración hacia su Señor,
 cuyos pecados son inmensos y van en aumento, cuya vida ha pasado
y ha llegado a su fin, al punto tal que cuando mira ve que el tiempo de la obra ha concluído
y que la duración de la existencia ha finalizado.
Así, llega a tener certeza de que no hay refugio alguno para él excepto Tú y que tampoco existe ningún escape de Tí para él.
Luego, se dirige hacia Tí con intención de arrepentirse sinceramente.
Entonces con un corazón puro y limpio, se levanta ante Tí y te invoca
con voz triste, suave y baja, con humildad, inclinando y bajando su cabeza ante Tí,
temeroso, trémulo y empapando sus lágrimas las mejillas.
Y Te invoca: ¡Oh, el más Misericordioso entre todos los seres!
¡Oh, el más Compasivo entre los buscados por los buscadores de misericordia!
¡Oh, el más Amable entorno a Quien giran los que piden el perdón!
¡Oh, Aquel Cuya dispensa es mayor que Su venganza!
¡Oh, Aquel Cuya complacencia es superior a Su cólera!
¡Oh, Quien agracia a Su creación pasando por alto sus faltas de una manera bella!
¡Oh, Quien ha acostumbrado a Sus siervos a la aceptación del arrepentimiento!
¡Oh, Quien ha corregido a los corruptos a través del arrepentimiento
¡Oh, Quien se complace con las pocas obras buenas que ellos realizan!
¡Oh, Quien retribuye lo poco que ellos tienen por lo mucho!
¡Oh, Quien garantiza para ellos la respuesta a sus súplicas!
¡Oh, Quien de acuerdo con la tradición de Su favor, les ha prometido de Su parte la buena recompensa!
 
No soy el más pecador de los que Te han desobedecido y que Tú hayas perdonado,
ni soy el más criticable de los censurables que se hayan orientado hacia Tí con una excusa que Tú hayas aceptado;
tampoco soy el peor de quienes hayan obrado injustamente y luego se arrepintieron hacia Tí recibiendo un buen trato de Tu parte.
 
¡Oh, Dios! Retorno hacia Tí en este estado,
con el arrepentimiento de alguien que desea sinceramente arrepentirse de lo que ha cometido antes,
que está inquieto por lo que tiene a su alrededor,
que está completamente avergonzado por aquello en lo que cayó,
que sabe que la dispensa de un pecado grande para Tí no es algo grande,
que pasar por alto una falta tremenda no es algo difícil para Tí
y que soportar los crímenes absolutamente inmorales no es algo abrumador para Tí;
y sabe también que el más apreciable entre Tus siervos es aquel que abandona el orgullo ante Tí,
que evita reincidir en los pecados y sigue pidiendo perdón.
Y yo manifiesto ante Tí ser inocente de ser arrogante en la rebeldía y el orgullo en contra Tuya;
me refugio en Tí de reincidir en los pecados
y Te pido perdón por la negligencia respecto de aquello que debía hacer y cumplir,
pidiéndote ayuda para aquello en lo cual soy débil e impotente.
 
¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y bríndame el derecho que tienes para mí,
librándome de aquello de lo cual soy merecedor
y protegiéndome de aquello a lo que los malvados temen.
Porque ciertamente Tú eres poderoso para dispensar y perdonar,
eres la esperanza para el perdón
y eres conocido por pasar por alto las faltas de Tus siervos.
 
No hay lugar para mí necesidad excepto Tú
y no existe ningún otro que perdone mis pecados.
 
Es imposible que Tú no seas así.
Yo no tengo miedo de mí mismo excepto por Tí.
Pues eres digno de ser temido y eres digno de perdonar.
 
Bendice a Muhammad y a su familia, y cubre mi necesidad, concédeme mi deseo,
perdona mi pecado
y tranquiliza mi corazón del temor brindándome la seguridad.
 
Porque Tú eres Poderosísimo sobre todas las cosas,
y esto que te pido es algo fácil para Tí.
 
¡Amén, oh, Señor del universo!
 
 
 
 
 
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
 
Súplica para los momentos de dificultad.
 
  Nos enseñó el Imam Alí ibn Husein Zain Al Abidin (la Paz sea con él) con ésta, su súplica en los momentos de dificultad
                                                         
    ¡Oh, Dios! Tú, has impuesto sobre mí una obra  para la cual Tú mismo posees más capacidad que yo  para realizarla y Tu fuerza sobre ella y sobre mí es superior a la mía. Entonces, otorga a mi alma lo que Te complace de mí y toma de ella para Tí lo que Te conforma a través del otorgamiento de la salud y la fuerza.

    ¡Oh, Dios ! No tengo capacidad para soportar las dificultades ni tengo paciencia ante las calamidades, y carezco de fuerza para resistir la pobreza. Entonces, no me niegues el sustento ni hagas que necesite de Tu creación, sino que cubre Tú solo mi necesidad, hazte responsable de mi manutención y atiende todos mis asuntos. Pues si me dejas conmigo mismo, seré incapaz de dominar mi alma, y  no  observaré aquello en lo que está el interés de ella; si me dejas a Tu creación, fruncirán su ceño  ante mí; si me dejas para que mis parientes me mantengan, me privarán, y cuando me den algo, será insuficiente y sin bendición, y luego me lo echarán simpre en cara y mi lo reprocharán intensamente. Entonces, ¡oh, Dios!:por Tu favor hazme rico, y revíveme por Tu grandeza, por Tu poder extiende mi mano y con lo que tienes hazme autosuficiente.

    ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y rescátame de la envidia, protégeme de los pecados dándome éxito en evitar lo ilícito, y no hagas que me atreva a las desobediencias. Inclina mis deseos  hacia Tí y haz que esté satisfecho con lo que recibo de Tu parte. Incrementa lo que me otorgas como sustento y caridad. Protégeme en todos momentos,  ocultando mis defectos , refugiado en Tu refugio y auxiliado.

    ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, haz que cumpla con aquello a lo que estoy obligado  a Tí y a cada una de las personas de Tu creación, aunque mi cuerpo sea débil para hacerlo, mi fuerza sea escasa y mi poder no alcance, ni mi capital pueda hacerle un lugar, ni mi hacienda pueda abarcarlo, ni mis manos vacías puedan hacerlo ya sea que lo recuerde o lo olvide. Pues esta obligación, ¡oh, Señor!, es de las que Tú has impuesto sobre mí y es considerada en mi cuenta. A pesar de eso, yo mismo me he olvidado de ella y la he abandonado por negligencia. Luego, Tú debes recuperarla de parte mía a través de Tu gran Benevolencia y de la inmensidad de lo que está ante Tí. Pues Tú eres amplio en Tu  Generosidad. Hazlo, ¡oh, Dios!, para que no quede nada de ella sobre mí que me pidas, ¡oh, Señor!, el Día del encuentro Contigo,  y que por ella mermes mis obras buenas o incrementes mis obras malas.
 
¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y haz que anhele obrar por Tí para el otro mundo, hasta sentir la sinceridad de esto en mi corazón y que el desapego respecto de este mundo domine sobre mí, para realizar las buenas obras con sumo placer, deseándolas, y salvarme de las obras malas por el miedo y el temor. Y otórgame una luz a través de la cual marche entre la gente y sea encaminado con ella entre las tinieblas, y pueda iluminarme para apartarme de las dudas y las ambigüedades.

    ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y bríndame como sustento el temor a la pena del castigo y el deseo de la recompensa prometida, para encontrar el deleite de aquello por lo cual Te invoco y la pena de aquello por lo cual busco protección en Tí.

    ¡Oh, Dios! Tú conoces perfectamente las causas de los beneficios de mi trabajo en este mundo y en el otro. Entonces, considera y cubre mis necesidades.

    ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y cuando deba realizar la tarea de agradecerte por lo que me has otorgado en estado de reposo o de dificultad, en la salud o en la enfermedad, y sea negligente,  entonces otórgame como sustento el reconocimiento de Tu derecho. Para que en el momento de temor o de seguridad, en el estado de ira o de complacencia, en circunstancias beneficiosas o perjudiciales, sienta y perciba la tranquilidad, la alegría y la felicidad en mi corazón por haber cumplido mi tarea respecto a Tí.

    ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y dame como sustento la salud del corazón ante la envidia, para que no envidie a nadie de Tu creación por Tu gracia y favor  y  para no ver una de Tus mercedes sobre alguien de Tu creación, ya sea respecto de la religión o del mundo, de la salud, la piedad, la prosperidad o el bienestar sin esperar para mí mismo algo mejor que esto de Tí y en Tí,  Único Y sin  asociado.

    ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y otórgame la prevención de los errores y deslices en este mundo y en el otro, ya sea en estado de calma  o de cólera, de tal manera que en el mismo momento en que surjan las causas de la calma  o la ira las acepte y actúe acorde a Tu obediencia. Prefiriendo Tu Complacencia sobre otros respecto de los amigos y enemigos, al punto tal que mi enemigo esté a salvo de mi opresión y de mi trato injusto hacia él, y que mi amigo se desespere en el intento de desviarme de la verdad y de inclinarme cayendo en su deseo. Y hazme de quienes Te imploran sinceramente en el bienestar, de la misma manera que Te invocan los sinceros necesitados. Porque ciertamente Tú eres alabadísimo, grande y generoso.
(Sahifatus Sayyadiiah súplica XXII)
 
 
 
 
 
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso

La confidencia de los necesitados.

Del Imam Sayyad (P) :

  ¡Oh, Dios mío! Nada puede compensar mi defecto sino Tu Favor  y Tu Donación. Nada puede sacarme de mi pobreza hacia la riqueza excepto Tu Atención y Tu Beneficencia.
   Nada apacigua mi temor e inquietud sino Tu Seguridad.
  Nada puede extraerme de mi humillación hacia la gloria excepto Tu Poder.
  Nada puede hacerme llegar a lo que deseo sino Tu Favor.
  Nada concluye mi miseria excepto Tu Otorgamiento.
  Nadie puede cubrir mi necesidad excepto Tú.
  Nada puede transformar mi pena en alegría sino Tu Misericordia.
  Nada aparta  mi daño sino Tu Amabilidad.
  Nada puede apaciguar el calor de mi deseo excepto el encuentro Contigo.
  Nada puede amainar el furor de mi pasión salvo la contemplación de Tu Rostro.
  Nada tranquiliza mi corazón sino el acercarme a Ti.
  Nada calma mi lamento excepto Tu Misericordia.
  Nada resuelve mi enfermedad excepto Tu curación.
  Nada puede apartar mi tristeza sino Tu proximidad.
  Nada puede sanar mis heridas salvo Tu Dispensa.
  Nada puede borrar las manchas de mi corazón sino Tu Perdón... 

  Entonces, ¡OH, Objetivo del deseo de los que anhelan!¡Oh, Meta de los necesitados! ¡Oh, Fin de la búsqueda de los buscadores! ¡Oh, Máximo anhelo de los que desean! ¡Oh, Amigo de los justos! ¡Oh, Quien da seguridad a los temerosos! ¡Oh, Quien responde a la súplica de los necesitados! ¡Oh, Tesoro de los despojados!  ¡Oh, Hacienda de los pobres! ¡Oh, Ayudante de los que piden auxilio! ¡Oh, Quien cubre las necesidades de los menesterosos e indigentes! ¡Oh, Generosísimo! ¡Oh, Misericordiosísimo!

 Mi sumisión  y mí pedido sólo es para Ti. Mi súplica y mi lamento sólo se dirigen a Ti.

 Te ruego que me Hagas alcanzar el grado de Tu alegría y Tu complacencia, y que establezcas como permanente las Mercedes que me Has otorgado, aquellas por las cuales en este momento me hallo detenido ante la puerta de Tu Generosidad, expuesto a Tu Favor y Generosidad, asido a Tu cordel firme, aferrado a Tu asidero inquebrantable.

  ¡Oh, Dios mío! Apiádate de Tu siervo insignificante, poseedor de una lengua muda y de una obra escasa. Agrácialo con Tu inmenso Otorgamiento y permíteme ingresar bajo el amparo de Tu sombra.

  ¡Oh, el más Generoso! ¡Oh, el más Bello! ¡Oh, el más Misericordioso!
 
 
 
 
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
 
La confidencia de los agradecidos.
 
Del Imam Alí ibn Husein Zain Al Abidin Sayyad (P) :
 
      "¡Oh, Dios mío!
      Tus Mercedes sucesivas me han hecho desatento en cuanto a considerar Tu agradecimiento.
     La inmensidad de Tu Favor me ha debilitado para enumerar Tus Loas.
     Tus otorgamientos constantes me han impedido recordar Tu Alabanza.
     Y Tus dones continuos me han incapacitado para difundir Tus Bondades.

     Este es el grado de quien reconoce las Mercedes eminentes y se encuentra frente a la negligencia (respecto de cumplir el agradecimiento) y testifica contra sí mismo no haberle dado importancia a esto y haber perdido (al no emprender la purificación de su alma).
     Y Tú eres el Benévolo, el Misericordioso, el Benefactor, el Generoso, Quien no desespera a quien se dirige a Ti ni rechaza de Su lado a quienes tienen esperanzas de Ti.

     ¡Oh, ante Quien los esperanzados depositan su carga y ante Cuya consideración se detienen los buscadores de dones!
     No transformes nuestra esperanza en desesperanza ni nos vistas con el ropaje de los desahuciados.
 
     ¡Oh, Dios mío!
     Mi agradecimiento es insignificante frente a Tus inconmensurables Mercedes, y mi elogio y alabanza son escasos ante Tu Generosidad sobre mí.
     Tus Gracias me han adornado con luces de fe y los favores de Tu Bondad han puesto sobre mi cabeza una corona de gloria.
     Tus Beneficencias anudaron cordeles de vínculos y lazos de nobleza sobre mi cuello de modo tal que resulta imposible desanudar.
     Pues Tus Mercedes son tantas que mi lengua es débil para enumerarlas y son tan inmensas que mi comprensión es incapaz de abarcar.
    Si no puedo contarlas, ¿cómo podré agradecerlas, en tanto que el mismo agradecimiento requiere de otro agradecimiento?
     Así pues, cuando expreso 'La Alabanza sea para Ti', se hace obligatorio para mí volver a decir 'La Alabanza sea para Ti' por esto (por la primera Alabanza).

     ¡Oh, Dios mío!
     Por cuanto nos has alimentado con Tu Favor y nos has educado a través de Tu creación (por Tu Obra en ella), ¡completa, pues, para nosotros las Inmensas Mercedes y rechaza de nosotros las calamidades de la Venganza!
     ¡Otórganos el bienestar más elevado y perfecto de este mundo y del otro!
     La Alabanza sea para Ti por Tu bella prueba y Tu inconmensurable Favor, con una Alabanza que vaya de acuerdo a Tu Complacencia.
     Coloca sobre nosotros tu abundante Beneficencia, Tus Dones y otorgamientos, ¡OH, el Grande, el Generoso!
 
    Por Tu Misericordia, ¡OH, el más Misericordioso de los que detentan Misericordia!"

(Mafatihul Yinan pag. 225 y 226)
 
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